Boronía

2018. Boronía

Una de las cosas más interesantes de vivir en Colombia es ver lo diversa que es. No solo se trata de su extensa variedad de microclimas que se derivan en lugares de montaña, costa, selva, sabana y llano. Es ver como las personalidades de las personas varían mucho. Incluso esas diferencias que a mi me parecen divertidas, a otros los separan. La gente de clima frío es más formal, tal vez más tranquila y a primera vista más reservada. La de tierra caliente pareciera llevar la alegría en la sangre, parecen más efusivos y cariñosos y muchos tutean.

Como venezolano, yo siento cierta empatía con la gente de la costa, su acento se parece al mío, tienen el mar, el calor con el que crecí. Pero con los años acá, mi percepción de la montaña ha cambiado. Al principio pensaba que la gente de Bogotá era distante. Hoy puedo decir que gran parte de los amigos que tengo, y mi pareja y su familia son de acá y que mejores personas no pude haber encontrado en mi vida colombiana.

Sin embargo, para honrar a la costa colombiana, mi amiga Franzella Román me regaló en mi pasado cumpleaños un libro genial: “Cartagena en la olla”. Ese libro es gigante y está lleno de muchas recetas que espero compartirles más adelante. Cartagena es una ciudad hermosa que sin duda pienso que todos deberíamos visitar antes de partir. Aun cuando es muy turística y calurosa, no he encontrado otro lugar que tenga un barrio tan grande con arquitectura colonial. El centro de San Juan de Puerto Rico aun cuando es muy lindo, se queda corto con la ciudad amurullada en tamaño.

Por eso la receta que traigo, que apenas es la segunda receta colombiana que publico en el blog, nace de una fusión árabe-latinoamericana. A quien le gusta el Mediterraneo y sus berenjenas y el Caribe y sus plátanos, encontrará en la Boronía, un sabor muy rico. Es una especie (tal vez) de puré que se acompaña con una salsa de tomate. Cuando la probé hace unos días en Cartagena vi que la textura era cremosa, mientras que yo como la hice del libro los trozos eran más enteros. También mi receta obtiene mucho sabor del tomate.

Sin más preámbulos, les comparto esta deliciosa receta que descubrí apenas este año después de 8 años en estas tierras que me han hecho tan feliz. Que la disfruten!

La receta de la Boronía (o Alboronía)

Ingredientes:

3 plátanos maduros grandes

2 berenjenas grandes

500-600 gramos de tomates rojos

1 cebolla morada o roja mediana

2 dientes de ajo

1 tsp (cucharadita) de sal

1 tsp (cucharadita) de pimienta

1 tsp (cucharadita) de achiote (opcional)

1 pisca de azúcar

¿Qué hago?

1 Corto los plátanos en 3 trozos y los pongo a cocinar en agua hirviendo por 25-30 minutos. En otra olla cocino las berenjenas enteras (y sin cascara) también por el mismo tiempo.

2 Con un cuchillo hago una equis en la parte inferior de los tomates y los cocino por 3 minutos en agua hirviendo. Los retiro y los pico en cuadritos pequeños. Corto la cebolla y ajo en trocitos.

3 En una sartén caliento aceite vegetal y pongo a sofreír la cebolla hasta que se vuelve dorada. Agrego el achiote, la sal, la pimienta y el ajo. Mezclo y cocino por dos minutos más. Agrego el tomate y la pizca de azúcar para evitar acidez y cocino hasta que se vuelve una salsa a fuego bajo. Si se seca agrego un poco de agua.

4 Trituro el plátano con la ayuda de un tenedor o un pasapuré. Hago lo mismo con la berenjena (o la licúo para picar en trozos pequeñitos). Los mezclo con la mitad de la salsa de tomate.

5 Me aseguro que se mezclen bien.

Sirvo en una torre y coloco por encima el resto de la salsa.

Es muy rica y sana!

Y además, vegana para las personas que quieren llevar una dieta libre de proteína animal.