Gyozas de champiñones

2019. Gyozas de champiñones y vegetales

Ya son cuatro años desde la cristalización de una idea que fue llegando más lejos. A los que me conocen un poco más o han venido a mis clases de cocina, se saben esta historia casi de memoria, pero hoy se las comparto a todos los que han llegado en estas épocas a visitarme y decidir por voluntad propia quedarse a ser parte de mi mundo comestible, viajero y visual: al final de mi espacio Foodográfico. Gracias a todos por su orgánico contacto y su genuino cariño, porque me alegran la vida. La historia es esta: hace muchos años soñaba con la idea de crear un recetario familiar que no dejara perder las recetas de la cocina libanesa de mi mamá, mis abuelas y mis tías. En mis casas familiares residía tanto sabor y amor en sus comidas que yo no quería que eso se extinguiera con los años, así que empecé a escribir historias familiares y a sacar medidas de las recetas cocinando con mi mamá (a veces por teléfono) o contrastando con otras recetas que encontraba de otras personas.

En un viaje en el 2015 a países del Sudeste Asiático me maravillé con tantos espacios gastronómicos en ese entonces, que tampoco quise que esas historias se quedaran en la memoria de Jorge y la mía y empecé a practicar todas las recetas que había aprendido en clases de cocina allá y lo que había probado que me gustaba. Y entonces ahora ¿qué hago con todas estas recetas familiares y estas bitacoras de viaje? ¿Con todas estas fotos? Decidí que era mejor mudar de recetario familiar a un blog donde se pudieran almacenar y compartir con el resto del mundo lo que sabía sin nada más a cambio que la alegría de que la gente cocinara esas recetas y sacara provecho a mis tips de viaje.

Creando mis páginas comestibles, encontré otra pasión: si antes me gustaba la fotografía, ahora me emocionaba la de alimentos. Cuando empecé todo era natural mis mezclas de colores, los fondos, la manera de componer y de arreglar las comidas. La gente me decía que les gustaban mis fotos y ahí me parecían super “amateur”. Así que empecé a entender que era food styling, como era dominar la luz natural, como era trabajar con personas que querían fotos con mi estilo para sus emprendimientos. También aprendí de redes sociales y marketing digital, pero más allá empleé cosas elementales de mi vida cotidiana: tienes que dar amor para recibir amor. Años después me fui del mundo corporativo, me despedí con gratitud, sin rencores, ni rabia de lo que fue darle pausa a 17 años de Ingeniería para empezar de nuevo: hoy doy clases de cocina promoviendo la cocina milenaria libanesa y familiar, relato mis historias de viaje como mejor puedo, empleo todos mis conocimientos de fotografía para hacer fotos lindas de restaurantes, emprendimientos y nutricionistas y en estos días de aislamiento, he encontrado mi propósito: enseñar a muchas personas (entre ellos amigos y familia) a través de Live muchas de las recetas que existen en este mundo. Cortazar ya lo dijo una vez: “la maravilla está en los ojos de quien ve” o como diría mi amiga Rossana: “basta tener los ojos bien abiertos y la vida florece”. Tuve la oportunidad de ver y de que Jorge (mi gran amor) también lo viera. 

Para el aniversario 4 de Foodógrafo quería celebrar con una de las comidas (entradas) que más disfrutamos Jorge y yo: gyozas. Esta receta la aprendimos en nuestro viaje a Japón el año pasado en un curso de cocina en Toquio. Fue una gran alegría porque siempre que vamos a los restaurantes por más que pidieramos gyoza nos traían 3 o 4 e incluso en Japón que nos podían dar 6 u 8 no eran suficientes para nosotros. Ahora tenemos la oportunidad de comer muchas y de matar antojos como se deben: con toda hasta reventar. Espero que ustedes disfruten mucho esta receta que nace para celebrar el 4to aniversario de este mangnifico sueño hecho realidad. 

La receta de gyozas rellenas de champiñones y vegetales

Para 30 gyozas

Ingredientes:

100 gramos de champiñones (yo usé orellanas) cortado finamente

100 gramos de repollo (blanco o morado) cortado finamente

4 tallos de cebolla larga (apróximadamente 100 gramos) cortado finamente

2 dientes de ajo trituraditos

1 tsp (cucharadita) de jengibre rallado

30 unidades de papel para gyoza (gyoza skin)

½ tbsp (cucharada) de semillas de ajonjolí o sésamo

1 tbsp (cucharada) de salsa de soya

1 tbsp (cucharada) de aceite de ajonjolí

1 tbsp (cucharada) de fécula de maíz o de papa (la que tengas)

1 tbsp (cucharada) de sake o de vinagre de arroz

1 tsp (cucharadita) de sal

Aceite vegetal para asar gyozas

¿Qué hago?

1 Mezcla todos los ingredientes (a excepción de los papeles para gyoza) en un bowl. La mezcla va a botar agua, paso a un colador y reservo el relleno “seco”. Esa agua es como un aderezo, luego lo puedo usar para ensaladas o para una sopa.

2 Elaboro las gyozas. Tomo un papel para gyoza y pongo en el centro una cucharadita (o un poco más de relleno). Luego con un dedo mojado en agua lo paso por el borde de la mitad del papel (digamos una media luna). Cierro el papel formando una media o empanada, pero los bordes de un lado (el seco) van haciendo un pliegue como en S sobre el otro lado mojado. Son como unos 7 u 8 pliegues hasta no quedar más espacio y terminar cerrando.

3 Las voy almacenando en un plato hasta que las elaboro todas. Si las voy a guardar para el día siguiente no las pego unas a otra, sino que las dejo separadas.

4  En una sartén grande esparzo 1 cucharada de aceite vegetal y pongo encima las gyozas. Enciendo el fogón, tapo la sartén y dejo que se asen hasta que queden doradas por abajo (apróximadamente 1-2minutos). Agrego 30mL de agua (apróximadamente ¼ taza de agua) y cocino por 5 minutos con la sartén tapada a fuego medio (el agua se va a evaporar toda).

Retiro y disfruto con bowl con salsa de soya o cualquier otra salsita rica que te guste.

Uno de los dos lados se va a ver más tostado y el otro más blanco, ya que nunca se da la vuelta.

¡No se imaginan la felicidad de tener esta receta en el blog! Así que disfrútenla y compártanme sus fotos por Instagram @food.o.grafo. Si tienen dudas saben que por acá estoy.